viernes, 20 de noviembre de 2009

Bizarro

Tiene un mes y un día que no publico nada. La desidia y la preocupación se apoderaron de mí después de describir el otoñal comienzo de mis veinte años, en fin. Bizarro, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española es un adjetivo que significa "valiente o esforzado". Curiosamente, cotidianamente se le refiere como sinónimo de "raro". El otro día comenté algo y utilizé "bizarro", a lo que mi interlocutor me señalo: "por qué dices bizarro si eso significa valiente", bueno, dije yo, las palabras tienen distintos significados máxime si son homófonas, el otro contestó: "eres un pendejo, claro que no". Muy interesante porque respecto del último adjetivo sobre mi persona hay grados o niveles. Mientras que en algunos países de Latinoamérica, es común su uso como sinónimo de "tonto", en otros como México, involucra una serie de características que dependen de la situación en que se ve implicado un sujeto.
Bizarro, entonces, es un anglicismo que proviene del inglés "bizarre" que sí significa raro. Bueno, los últimos días han sido bizarros, en los dos sentidos. Mientras que en mi vida las situaciones transcurren con aparente calma que se vuelve desgano, me esfuerzo, como lo comenté en la entrada anterior, para fijar nuevos parámetros. Que el mundo se quede con sus estereotipos, al fin y al cabo, lo que importa es que cada quien sea feliz! Al fijar un período de tiempo, creo que desde que no estudio ni trabajo, salvo a veces para ocasionales asuntos, me vi inmerso en las obsesiones de antes (en un primer momento), para después ocuparme en lo simple. En el primer momento, los mismos temas de antes de que partiera a estudiar lejos de mi hogar: "la amistad" y "el enamoramiento"; la verdad, que flojera con mi vida.
Bueno, queda en este blog de manifiesto que ocupé cuatro entradas para esos dos aspectos. Creo que siempre he descuidado uno que debería ser el primero en importancia puesto que es el núcleo de nuestros primeros años: la familia. Mi familia es bizarra, nuevamente en los dos sentidos. Por una parte, las familias de mis padres fueron y son gente muy "luchona", así dirían en México, esforzados pues. Por la otra, hay rarezas propias de la ascendencia de alguien como yo (entiéndanme). Un papá filósofo, una mamá bióloga, un abuelo violinista, una abuela ama de casa, un abuelo camionero - si es que existió- y una abuela obrera. En fin, creo que las familias son mucho más complicadas que las palabras que tienen distintos significados. Yo, además de las tradicionales autoadulaciones, me considero una persona bizarra. Por eso, quizá este blog se llama Los bizarros, perdón, (valientes) de Ombrosa...