Señoras y señores,
A nombre de bruneitorres.blogspot.com, me complace compartir con ustedes unas palabras de celebración. A lo largo de un año que ha transcurrido vertiginosamente, el blog del ahora llamado Joven Bruno no ha pasado desapercibido al menos entre sus amigos y conocidos (mejor ni hablemos de colegas). Tratando tópicos tan diversos como: el significado de una palabra y la agonía de un ser querido; las campañas políticas y la amistad más importante; o los colores otoñales y la historia trágica de un desgastado artista del pancrasio, Bruno Torres Carbajal se nos revela como un escritor ambiguo que trata de decir lo que sólo él entiende, dejando en el camino incógnitas curiosas. Quizá el valor de sus textos sea ese, escribir para tratar de entender, en última instancia, lo que uno mismo relaciona con su experiencia.
El perfil del escritor siempre cambiante, comenzó a escribir aquí cuando estudiaba Derecho en una prestigiada escuela de Ciencias Sociales. Hoy trabaja en un área de Gobierno y escribe más de lo que pensó hacerlo. Lo conocí hace algunos ayeres cuando estudiábamos juntos, se la pasaba repitiendo que quería ser Presidente de México, por lo menos lo fue de los alumnos de nuestra secundaria, aunque debo admitir que yo no voté por él. Doce meses han sido testigos de la fuerza de expresión del narrador ambulante que bien roba la señal de internet para escribir, así como lo hace en horas de trabajo.
Me pidió que dirigiera algunos agradecimientos a sus más asiduos comentaristas, sin quienes no sería posible este espacio porque aunque sólo una entrada recibió dos cifras de opiniones, bien vale escribir para una sola persona que absorta atiende el sentimiento y pasión que le transmiten las palabras, frases, párrafos de un "loco" como muchos en el mundo. Hace unas semanas lo encontré al lado de un puesto de periódicos observando las notas más relevantes del acontecer nacional, aún sueña con cambiar a México y ser un líder reconocido. Siempre objeto de la crítica a su carácter colérico y sus modos extravagantes, tenía la mirada más serena, como si se hubiera aplicado un gotero entero de esos para limpiar los ojos.
Seguramente seguiremos recibiendo noticias de nuestro corresponsal de todas las guerras y ningún parte. Acaso sigue sin completar su labor de acuerdo con los parámetros que le fijan sus autoridades. Y a pesar de que sigue siendo complaciente con el status quo por mera necesidad, en su interior se gesta ya, la Revolución intempestiva y, en tanto, mi expectación no sólo seguirá latente sino al pendiente de lo que a menudo publique quien con todos sus defectos es: Bruneitorres.