jueves, 3 de diciembre de 2009

Frenesí del idilio

Golpeándome contra las paredes del baño de un autobús de pasajeros, desdeñaba el dolor que sentía porque era más importante mi necesidad de usarlo. Atrapado en el diminuto espacio, prefería sobreponerme a los vertiginosos cambios de velocidad para liberarme de la tensión que provoca hacer del baño durante el viaje. De regreso en el asiento, sólo la prospectiva distraía la mente del pasajero de los absurdos de la vida. Entonces, pensó de nuevo en aquel cuerpo delgado, por no decir escuálido, que disfrazado de belleza, según él, lo atormentaba todos los días a horas aleatorias. ¿El alma se demacra más rápido que el cuerpo o es al revés? En mi caso, se ha dado de las dos formas, mientras que la preocupación por lo superficial aumenta, también sucede que disminuye mi éxito en la conquista de quienes buscan sólo gusto o deleite.

La figura cuando no se aparecía en las caminatas que a diario daba por el camino que lo llevaba a su casa, en esos diálogos de loco que cuenta sus desgracias a la autora de estas, lo hacía frecuentemente, sin tanta locura, en los ensayos de protocolo a los que acudía él irremediablemente. -¡La amas! le dijo una amiga suya, un día al regresar de un encuentro con ella. -No, respondió. Estaba tan harto de hablar de ella y sus defectos que, a la vez, eran sus mejores cualidades, cuando prefirió quedarse callado. Sólo aguardo la frase final de su experimentada compañera: “Ahí donde te dan de comer mierda, ahí prefieres estar; así es la vida”.

El amor en los tiempos de la hipocresía, ¿por qué amar así? Esperando recibir algo a cambio, esperando que la figura bella lo abrace y le diga que también lo ama, esperando que sus delgados labios lo besen mientras él acaricia sus mejillas y esperando que los ojos tiernos de ella se pierdan en las pupilas de máscara de él que sólo en el iris reflejan su esencia de timidez y anhelo. Violencia es la que siente cada que escucha su voz (débil por femenina, cariñosa por sensual), y aunque en su mente ella es princesa, en el mundo real es una mojigata que no lo desea pero sí lo quiere. Cuando golpeé mi espalda con el lavabo, reaccioné y, en vez de seguir “atando cabos”, me compadecí de aquel tipo; “a sufrido mucho, susurré… pero sólo en su mente”.

6 comentarios:

Ollin Velasco dijo...

Heeey!
Está genial tu entrada!! :)

Serías bueno en mi clase de redacción.

Jejeje...Ya merito nos vemos. Te quiero mucho.

Unknown dijo...

qué patoaventuras son estas? mejor lean a Marx.

Anónimo dijo...

jajjaja no entendi mucho
pero se que esta genial!! jajaj
solo puedo decir que te a ido mal
en el amor pero tambien en el baño!! jajajaj la neta pienso que eres una buena persona y al ver tu fracaso lo unico que digo es:por eso no soi tan bueno con las personas por que al final siempre te va mal, y pues de lo otro solo puedo decir que no esq gente como algunos artistas sean muy guapos lo que pasa es que ai muchos feos!! en fin amm por cierto no conseguiras exito en le amor o en el calor como se le diga mientras sigas diciendo:"creo en un mejor mexico" pero en fin
te deseo suerte
atentamente;
***carlos***

Anónimo dijo...

La primera vez que estoy en desacuerdo con Ollin. Y es que que tantas palabras no me dicen nada. No te entiendo. Te enfrascas en un devenir de figuras retóricas que intimizan más tu texto.

Bueno, al final de cuentas escribes para ti. Con que te entiendas basta.

Anónimo dijo...

A mí, sí me gustó!!!
jeje
linda historia!!!!!!
ay como es el amor...
Nos vemos pronto jeje
***bye
----ALI

ENR dijo...

O estoy loco, o escribes muy elaborado y eso le da una belleza muy interesante. Wow! Cuando el amor dicta, no queda más que escribirle la plana. Muy bello!