viernes, 4 de marzo de 2011

Desangrando el momento

Los fugitivos de sus creencias atenuaron el debate desatado por los diferendos de método del emprendedor nacionalista. Eran varias las razones para poner sobre las ies los puntos que merecían trato especial por la confidencialidad de los beneficios que, pragmáticamente, se disponían a recibir. Hacía tiempo que no miraba la tez pálida de "quien se ocupaba en todo lo que podía", a pesar de afirmar que "ya no huía de ningún problema". Corría maratones de corto alcance y sudaba todo menos agua salada. Por eso admiraba su persistencia, más allá de cualquier prejuicio que pudiera tener hacia su persona. Quizá eso le removía el estómago sin que las mariposas hicieran su aparición estelar con su vuelo intrépido.

Una cadena de desafortunados eventos repercutía en su trayecto final a casa constantemente. A veces se le perdía dinero y otras sobrevivía a que lo atropellaran en la cruz que parte en dos la Ciudad. Planeó su fin de semana para convencer a través de una disertación a los prospectos, de la conveniencia de esforzarse por los semejantes; aunque de principio pareciera no valer la pena dado que los protocolos de siempre no habían sido redactados. La historia se escribe, no se cuenta. Aunque a menudo discutía sobre el sentido de hacer historia así, le parecía patético que se repitieran los mismo errores del pasado. Prefería la fugacidad del momento.

La que lo llevaba a cuestionar el pasado de infortunio y tentaciones. De superficialidad y mentira cuando demostraba con sus actitudes más temores que seguridades. Podía lamentarse toda la noche en compañía de los caballeros bohemios pero pensó que era más importante soñar con que las cosas pudieron ser diferentes. Ahora estaba más convencido que ayer de que se debe elegir bien desde el inicio. Aún se pueden corregir muchas cosas como la forma de vestir, pero el comportamiento suele ser una constante que, muy de vez en cuando, encuentra puntos de inflexión. La afección de pensar en reescribir la historia, su historia, lo llevó a prever comprar un botiquín de corazón que, desde luego, contará con un equipo de transfusión sanguínea.

Pensaba en la extraña idea de renovar la sangre de su cuerpo por completo, quería dejar de ser orh positivo para enrolarse en la negatividad otra vez. O un tipo de sangre rara que le regresa la identidad perdida en las cuestiones idílicas. Podía comenzar por dejar de consumir grasa para evitar la contaminación de sus arterias pero disfrutaba atascarse con los pastelillos y algunos antojos con tal de saciar sus apetitos más carnales. Mejor que fuera con comida. Así se sobresaltó a un lado de la cama en la que se encontraba. Se dio cuenta que no podía plasmar sus ideas tan libremente cuando un recuerdo lejano transpiraba momentos ahora. Posibilidades que se esfumaban en la medida que su cansancio y sus ganas se sumían en la indiferencia de siempre. La que no ocultaba tan bien como sus preocupaciones clásicas.

1 comentario:

pau dijo...

hola!!!! sabes es tan fácil darse cuenta a través de lo que escribes tu estado de ánimo......cuidate muxo y siempre sonrie :) TQM