lunes, 20 de diciembre de 2010

Frío de perros

La tradicional celebración navideña se tornó incómoda cuando afloraron los desplantes y recelos que normalmente se dejaban para el año nuevo. Triste fue convivir con personas con pre-nociones acerca de su persona, personas que de antemano lo juzgaban, sin darle la oportunidad de demostrar que era el mismo pero más maduro, más prudente. Se acordó de aquel irreverente adicto a Facebook que no tenía empacho en decir a todos lo que pensaba, aunque no fuera lo más conveniente.

Ya en el autobús de siempre, alcanzó a dormir antes de que sus pensamientos lo atormentaran consciente, mejor en sus sueños. Ahí tenía más flexibilidad para defenderse. Pensó en las oportunidades que le habían dejado los últimos meses, en las personas valiosas a quienes había conocido en un contexto muy diferente al de su comunidad de antaño. Quiso desaparecer para sus "conocidos" y ocultarse en una nación distante que acogiera sus sueños y le proporcionara el círculo para realizarlos.

Un lugar en el que la gente amará sin condición y se mostrara transparente, en donde pasaría horas riendo de cualquier cosa, la más simple. Rodeado de seres con magia, y vaya que le costaba asimilar el término en sentido amplio. Después de los romances furtivos que desgastaron su espíritu y de las calamidades constantes del pasado, que encontraban la mejor ocasión en navidad para hacerle daño, el forastero finalmente volvió al trabajo.

A las seis de la mañana de ese lunes, se reencontró con el asfalto gris y el olor a podredumbre que paulatinamente anunciaron un hábitat de resistencia que forjaba el carácter duro y la personalidad fría que, al menos, debía aparentar si quería sobrevivir. En el fondo y con el resplandor del alba, seguía valorando a aquellas personas imprescindibles que nunca lo dejarían. Dos de ellos, por alguna razón llevaban puestas pulseras rojas.

P.D. Los perros no tenían frío, a pesar de que el frío estaba demasiado perro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues para los perros puede no importarles que la vida sea o no perra, ellos la viven, para los humanos, la viven sea muy humano o no..