jueves, 7 de enero de 2016

El destape de Gutiérrez Candiani

En una coyuntura marcada por un entorno económico internacional incierto, el respaldo del Consejo Coordinador Empresarial a la política económica mexicana no es asunto protocolario sino consenso fundamental para el rumbo del gobierno federal. Este respaldo hacia los gobiernos en turno se ha mantenido en la medida que el modelo neoliberal en México aventaja a los grandes empresarios. Si los dueños del capital ven superadas sus expectativas de ganancias es señal de que México se mueve. Pero a la cúpula empresarial no solo le interesa evitar las pérdidas y expandir sus negocios. El poder económico marca agenda. Así en las grandes economías de mercado, así en los países en desarrollo como el nuestro. No fue una moda que de repente los cabilderos asaltaran San Lázaro pues la apertura democrática viene acompañada de considerar a las grandes empresas como jugadores que buscan, si es posible, cambiar las reglas del juego para ganar.

Durante los últimos tres años un oaxaqueño llevó las riendas de la organización que representa los intereses de las 12 cámaras más importantes del sector productivo del país. En un país donde la única ruta de largo plazo para vencer la pobreza es fomentar el empleo bien remunerado, la opinión del empresariado es muy importante. En el contexto de la segunda transición mexicana esta opinión se volvió necesaria para el diseño de las políticas públicas por lo que de suyo representa aglutinar tantos capitales. Pero también, el CCE se erigió garante del proceso político. Con el mal recuerdo que queda de la injerencia en el proceso electoral de 2006 en el que su participación se exacerbó en apoyo a Felipe Calderón; hace tres años los hombres y mujeres de negocios que hacen política decidieron comprometer a los candidatos en una Agenda por México para garantizar la viabilidad de sus propuestas ex ante. El portavoz entonces fue Gerardo Gutiérrez Candiani, quien se convirtió en una de las voces más influyentes de la agenda pública cotidianamente, lo mismo opinando de hidrocarburos, telecomunicaciones, calidad de la educación, combate al crimen o cuidado del medio ambiente.

Hay que seguir la línea de esos discursos para entender la lógica de los negocios que no es la misma en política aunque converjan siempre en algunos puntos. Eso ocurrió este lunes cuando el presidente saliente del CCE hizo un recuento de sus logros al frente del sector mientras el buró político mexicano escuchaba atento, ahí estaban los tomadores de decisiones del país y una audiencia selecta que aplaudía entusiasta en las pausas para tomar agua de Gutiérrez Candiani. Peña Nieto fue pródigo en elogios para el oaxaqueño, recordó que en su periodo se alcanzaron logros importantes gracias a su liderazgo. Explícitamente señaló: “quiero agradecerle porque su gestión coincide con la mía, fuimos parte del diálogo constructivo que permitió que hoy tengamos 13 reformas estructurales que dan mejores asideros para el desarrollo de nuestro país”. Al centro de la mesa se veía, más que al presidente de un grupo de empresarios serios, a un joven líder sonriente, que asentía a las palabras del presidente con complicidad, como quien tiene muchas ambiciones por delante.

Para nadie es un secreto que Gutiérrez Candiani quiere gobernar su estado natal. Sin embargo, se enfrenta con el filtro que representan los partidos políticos, en ninguno de los cuales ha militado. Pero esa característica significa una ventaja en esta época. Los candidatos ciudadanos, después del efecto Bronco en Nuevo León, llegaron para quedarse. De ahí que el PRI les haya dado la bienvenida en su más reciente sesión de su consejo político nacional. Las cartas ciudadanas abren el juego a sectores que ya no se sienten representados por los políticos tradicionales y en esa cancha juega el empresario oaxaqueño. Ser fiel de la balanza de las relaciones entre el poder político y el poder económico con buenos resultados en un período de transición, es un logro que nadie puede negarle a quien también presidió la Coparmex entre 2009 y 2011. Con ese background, Gerardo, de formación economista por el Tec de Monterrey, compañero de generación del gobernador Gabino Cué, camina con un proyecto que —ante la “candidatitis” oaxaqueña— augura avivar el debate público en vez de sumar lealtades complacientes.


Para despejar dudas, en el destape de esta semana, el nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, volteó a ver a su antecesor y después de agradecerle su apoyo le expresó remarcando las palabras: “ten la seguridad, estimado Gerardo, que todo el sector seguirá respaldándote sea cual sea tu siguiente tarea”. Entre aplausos, las risas disimuladas inundaron el salón, también en la mesa que compartían los precandidatos Alfonso Gómez Sandoval y José Antonio Estefan Garfias, quienes cruzaron miradas serias. Llegó la hora de aderezar la elección oaxaqueña. 

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