miércoles, 3 de junio de 2009

Discriminación, desigualdad, o simplemente política.

Una oficina disfrazada de cuartel o un cuartel disfrazado de oficina. El inicio de la inspección saca a la luz los mitos de una sociedad asustada del orden y el control. Entré con la cabeza alta pero la mirada baja, conciente de que las formas merecen la aceptación. A pesar del tiempo y el agovio, esperé, esperé, esperé... Despejé la mente de los miedos infundados que tratan de aconsejar pero que resultan en más miedo. Entonces me enfrenté al destino. Se llamaba desigualdad aquella que lo anunció, y separó nuestros cuerpos con un cristal que nos dejaba ver en situaciones distintas. Las preguntas tendían a lo mismo pero los gestos contrariaban el interés de quien las formulaba, entonces pensé que la discriminación acompaña siempre a la desigualdad, no es más que la forma del fondo. Después de buscar explicaciones y no hallar contestación, caminé entre la multitud tratando de ocultar el sentimiento que albergaba después de la decepción que trajo consigo conocer a esas dos palabras. Cuando voltee antes de salir y miré la bandera en el asta, me dije a mí mismo: "No es más que política"...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente la discriminación es un acto intrínseco en las personas, entonces al definir la política como la comunicación dotada de poder, se expone el hecho de que el poder es la manera mas perfecta de discriminación.
Ahora bien, estoy de acuerdo con bruno acerca de la decepción que incita la discriminación. Darnos cuenta de que las personas solo valen por su poder, dinero, origen nos hace pensar cual es nuestro lugar y como podemos salir de el, para convertirnos en los que discriminan y no en los discriminados.

Daniel Diaz dijo...

Bruno, ¿que te puedo decir? Si bien la desigualda y la discriminacion son factores importantes en organos gubernamentales como el que visitaste, debes entender que solo buscan maximizar sus intereses y darte cuenta que tu no estabas en ellos. Te recuerdo, ademas, que apesar de que la sociedad mexicana educada, asi como sociedades postmateriales, poco a poco se abren una senda hacia la libertad. Pero, ademas, seguimos siendo un pais impregnado de los aromas de moral y "buenas costumbres" que nuestros padres y abuelos nos encunaron. Sin embargo, no hay respuesta ni ley que defienda lo que te hiciero, y no la hay porque ellos la son.

FAN dijo...

Asi es esto, si hay algo que me molesta realmente del mundo, es la discriminacion. es la cosa mas absurda que puede existir para afianzar el poder.

ahora resulta que, por consumir drogas un ser humano responsable tiene que ser perseguido como delincuente,o un ser humano de preferencias sexuales "similares", o por irle a la derecha o a la izquierda te miran feo en las UNIVERSIDADES, ahora resulta que por NO ser indigena y hablar un dialecto te nieguen el derecho a una beca en la unam , ahora resulta que los cristianos debemos ser mas santos que la pinche virgen... y continua.

deberas que la sociedad como tal me da asco, y para terminar hay quienes desprecian el valor, de la tolerancia y prefieren el "respeto" por miedo o desprecio.

pd. para la proxima escribe "algo" que me diga "algo". Te entiendo en escencia, pero no en sustancia.

pd2. que onda con los que comentan aqui, escriben como krilbons (los de malcolm).

Anónimo dijo...

A veces no tienes idea de donde vas a entrar, podras tener prejuicios, pero cuando salgas sabras que aprendiste algo nuevo

Emilio dijo...

El miedo es la base de todas las agresiones. Ninguna tan cobarde como la que nace de una estúpida y arcaica razón como la discriminación. El miedo a la individualidad, a lo distinto.

Más cabria remarcar que nosotros mismos hemos sido a veces cómplices, agresores, discriminadores. Si se desea realizar un cambio, es necesario empezar desde nuestra mente, no por que sea lo políticamente correcto, afirmarnos como tolerantes, sino porque dentro de este enorme tramado que es la humanidad, todos, por pequeños que seamos, merecemos el mismo trato. Sin importar raza, color, nivel social, nacionalidad, o cualquier otra concepción insana. Somos humanos y punto.