miércoles, 27 de mayo de 2015

Un corazón

Un corazón
en lo profundo del pecho,
órgano resonante
que quietud no impide, el incesante golpeteo
de sus estampidas de sangre enfurecida.


En su ociosidad espera
que la gente reconozca su valor olvidado,
entre bichos invadiendo la casa y
golpes, en el aparador de lo cotidiano
se pudre cual naranja extraviada.

En lo profundo de una alacena
de la casa que se ha quedado vacía,
donde solo moran quienes antes
al amar sentían que un corazón
latía.

Y ahora se arrojan
sin arrepentimientos
a la noche donde duermen,
el sueño de cuantos con dolor
esperan, que las venas chorreen
la esperanza,
de latir en silencio.

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