domingo, 1 de marzo de 2015

Por el Color del Trigo

Toño Malpica

—Los amigos pueden ser felices aun si no se tienen entre sí.
—Oh, claro —volvió a resolver el Bribonzuelo.
—Por el color del trigo —opinó Tonio.
—Por el color del trigo —respondió el muchacho sin despegar la vista de la noche sonriente.
Tonio entonces alargó la mano y retiró el gorro de la cabeza del muchacho. Tenía los cabellos dorados, del color de los campos de trigo. Y la zorra tenía kilómetros y kilómetros de campos de trigo para recordar a su amigo. Había aprendido a tocar el acordeón. Sería feliz para siempre.
En la memoria caben planetas enteros, amistades eternas, lo sabían ambos. Basta cerrar los ojos para traerlos a nuestro lado porque, a veces, los ojos estorban.
Y Tonio...

entonces...


cerró los ojos.

*Pág. 63.

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