Sentimiento
que haces daño al corazón engreído
profundidad
de la tarde en la que cobra sentido
el milagro
de vivir como una negación a la existencia
placentera.
Salí de casa
a contemplar el horizonte gris y turbio,
gozoso en la
medida que imperfecto,
como abrir
una ventana.
Le dije a
las nubes en torno
después de
los primeros rayos del alba:
la libertad
no sucede a la par de sus caprichosas formas
siempre es
necesario esforzarse un poco más para imaginar elefantes.
La danza de
imágenes: lejanías de tropiezos
fulgor en la
mirada,
recuerdos
que parecen azoteas vacías sobre las que
llueve.
Una vez
quise trascender el mundo mediante tus ojos
mirar más
allá de la vanidad de una vida de aparador
que
tristemente te petrifica como maniquí.
Cuando por
fin me decidí a ser auténtico
sacudí el
polvo
de los
espacios vacíos como bodegas dispuestas
a guardar
muebles.
Carne sin
huesos
devenir sin
salidas al parque a jugar bajo el sol,
encuentro
entre mi diminuto arcoíris y la sensación de mirarte
de nuevo,
sin
cristales que separen nuestros cuerpos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario