domingo, 7 de septiembre de 2014

Extrañeza de memoria



Sentimiento que haces daño al corazón engreído
profundidad de la tarde en la que cobra sentido
el milagro de vivir como una negación a la existencia
placentera.

Salí de casa a contemplar el horizonte gris y turbio,
gozoso en la medida que imperfecto,
como abrir una ventana.

Le dije a las nubes en torno
después de los primeros rayos del alba:
la libertad no sucede a la par de sus caprichosas formas
siempre es necesario esforzarse un poco más para imaginar elefantes.

La danza de imágenes: lejanías de tropiezos
fulgor en la mirada,
recuerdos que parecen azoteas vacías sobre las que
llueve.

Una vez quise trascender el mundo mediante tus ojos
mirar más allá de la vanidad de una vida de aparador
que tristemente te petrifica como maniquí.

Cuando por fin me decidí a ser auténtico
sacudí el polvo
de los espacios vacíos como bodegas dispuestas
a guardar muebles.

Carne sin huesos
devenir sin salidas al parque a jugar bajo el sol,
encuentro entre mi diminuto arcoíris y la sensación de mirarte
de nuevo,
sin cristales que separen nuestros cuerpos.

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