domingo, 7 de septiembre de 2014

Sueño que no estoy soñando

Primer momento

El joven come en un puesto de memelas de la ciudad de Oaxaca, de fondo se escucha una cumbia. Más tarde, en la ajetreada calle de 20 de noviembre entra al “20”, cuánta literalidad, lugar donde confluyen el mezcal, la risa y los artistas. La rokola del lugar posee un amplio repertorio que se inicia cuando un joven, contra todo prejuicio, pone “Nothing Else Matters” de Metallica. Las cantinas oaxaqueñas dejaron, si lo fueron alguna vez, de ser propiedad de Los Tigres del Norte y Los Temerarios. Después, otro joven, con el mismo entusiasmo, inserta muchas monedas, la máquina fosforescente devuelve solo una canción: 

“Mezcalito”.
“Brinda con el pensamiento
gotita lluvia de calor,
mi culpado vijí
es por mi culpa Señor.
Bebí de tu memoria
aroma tierra agave y sol
yo soy la que le gusta este castigo mejor…

Gota gota gota gotita de mezcal
gota gota gota gotita de mezcal”.

Lila Downs la dedica a Sola de Vega, lugar de visita frecuente para el escucha. Los caminos que lo llevan están marcados por el peligro de la sierra pero también por la alegría sincera de sus habitantes.

Segundo momento

Los dos caminaban hacia sus propias citas, uno se graduaba de ingeniero ese día. Un taxi, el castigo eterno de la ciudad de México cuando hay tráfico, o sea siempre. Equivocó el rumbo el ingeniero y pidió regresar. El otro no hizo más que bajarse y caminar a la estación de Metro, de ahí a la Condesa, conversación a las 10 de la mañana con quien quiere ser, desde ahora, senador. Plática provechosa sobre la vida, la trascendencia, la forma es fondo, las relaciones entre vascos y andaluces. De vuelta el estudiante se detuvo a comprar un libro en el Bella Época, cómo no iba  hacerlo si sus lecturas le dan cariño.

Tercer momento

Caos eterno. Momentos de reflexión. Cascada de imágenes y lección: “Guten tag Ramón”. La película trata sobre un joven que intenta cruzar cinco veces a los Estados Unidos sin éxito, (reminiscencias de “La maravillosa vida breve de Marcos Abraham”, revisar en Letras Libres). Después de su última experiencia de supervivencia se va a Alemania. Ahí no encuentra a su contacto, la tía de un amigo que le ayudaría a conseguir trabajo. Se pierde en calles con nombres extraños y escucha el alemán, ese idioma como ruido, dirá en algún momento. Una retirada lo ayuda. Lo lleva a vivir a su edificio y Ramón por fin halla estabilidad. En el camino hay merengue, tambora, chiles, tacos, tequila y amor. El mexicano y una mujer alta como una elfa. Ramón se enamora de sus ojos azules, le sonríe con la tranquilidad de una puesta de sol.

Soledad y solidaridad, las dos con inmaculada s. Personajes que a su alrededor miran desiertos: de arena y de nieve. El conflicto del retirado con alta calidad de vida que no tiene a nadie y el joven desempleado y sin educación que tiene futuro. La solidaridad de ambos. El recordatorio de que las personas somos más que personas. Podemos entregarnos, darlo todo, vivir y amar, pensionarnos y morir, sin esperar recibir nada a cambio.

Cuarto momento

Puck llevó el rubí de los humanos a los subterráneos. Los gnomos se burlaron de él, los irritó tanta superficialidad. El viejo sabio les contó la historia del verdadero rubí, el que se hizo luego de que la enamorada tiñó con su sangre hirviente de amor los diamantes. Se trata del sentimiento más profundo, que permite juntar los labios de quienes se aman aun cuando sus cuerpos estén encarcelados: en el fondo de la tierra, en la soledad de un jardín de flores.

Nuestra última Cervantes, Elena Poniatowska, en su discurso de aceptación frente a lo que queda de nobleza de la monarquía española, ataviada del traje de tehuana que tejen las mujeres del Istmo de Oaxaca, recordó la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, la monja jerónima que entendió que la única batalla que vale la pena es la del conocimiento.

“Dante tuvo la mano de Virgilio para bajar al infierno, pero nuestra Sor Juana descendió sola y al igual que Galileo y Giordano Bruno fue castigada por amar la ciencia y reprendida por prelados que le eran harto inferiores”, señaló con índice de fuego.

Quinto momento


Quiero tomarte de la mano, que amemos la ciencia juntos y así escapar de las órdenes de este mundo. Tomar mezcal mientras escuchamos música, comprar libros, disfrutar el cine, perder el tiempo debajo de los sauces, incluso ir adonde se fabrican esos diamantes de sangre. Volar como Pock, con esa sonrisa pícara sobre el cielo de París, para alcanzar nuestros sueños más allá de nuestros impuestos fuegos fatuos.   


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