Se cierra la
puerta
revive el
azul en la tarde perdida
No sé si
llevarte a cuestas
o perdonar a
la vida en tu regazo.
Suicidas que
enfrentan
potencias de
acero sin luz
En la
esquina que intercambia almas
de un lado a
otro corre el río de sangre.
No sé si
detenerme en la ventana
o proseguir
mi camino subterráneo
Donde la
vida se juega a todo o nada
y la muerte
adolece a la vuelta de la esquina.
En el
retrato de bronce
capturé la
esperanza atada
A la daga que
desciende lentamente
suplicante
sobre el pecho.
Quise retar
a la vida
hacerme
fuerte e ignorar
Que los
imanes de las venas
se imponen
al asfalto de esta escena.
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